domingo, 16 de noviembre de 2008

De los amores me río

Todas las tardes Agustín dejaba a su esposa durmiendo, y se dedicaba a bajar piso por piso por la escalera central de su apartamento ubicado en la calle del Pez. La siesta era un horario a respetar, si bien el nunca logro dormirla intentaba pasarla lo mejor posible.
Así bajaba del piso 4to al 3ero b. Acercaba su ojo a la mirilla, permanecía unos 20 minutos, y pasaba al d, hacia lo mismo hasta llegar al 2d. Ahí acercaba el ojo, y apoyaba su nariz contra la puerta de madera, pretendiendo hacer el menor ruido posible. Esperaba unos 5 minutos y lentamente el sonido se repetía del otro lado. Era en ese momento cuando un ojo color marrón, con una mirada penetrante aparecía del otro lado. Agustín aguantaba la mirada, hasta que el ruido de su corazón irrumpía el momento. Sentía el latido tan fuerte, que comenzaba a aturdirse. Miraba el reloj que marcaba las 3:55, solo faltaban 5 minutos para que María se despertara .Subía rápidamente, entraba a su casa, la tomaba fuerte de la mano hasta que el despertador marcara el final.

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